Fortaleza en la fe

Frases de Dios es Amor

¡Nadie te ama como Dios! Y en estas hermosas y profundas frases de Dios es Amor, descubrirás el Amor entrañable de Dios, que es cercanía, misericordia y ternura.

Dios es amor y sólo amor

“Dios es amor” (1 Jn 4,8), el ser mismo de Dios es Amor (cf. CIC 221), y esto es una verdad que siempre debemos tener presente.

La verdad de que Dios es Amor constituye como el ápice de todo lo que fue revelado “por medio de los profetas y últimamente por medio del Hijo…”, como dice la Carta a los Hebreos (Heb 1, 1)” (S. Juan Pablo II, Audiencia general del 2 de octubre de 1985).

Hay un solo Dios verdadero en tres personas distintas: la Santísima Trinidad. —Un misterio inmenso de amor…

Hoy contemplamos la Santísima Trinidad tal como nos la dio a conocer Jesús. Él nos reveló que Dios es amor “no en la unidad de una sola persona, sino en la trinidad de una sola sustancia” (Prefacio): es Creador y Padre misericordioso; es Hijo unigénito, eterna Sabiduría encarnada, muerto y resucitado por nosotros; y, por último, es Espíritu Santo, que lo mueve todo, el cosmos y la historia, hacia la plena recapitulación final. Tres Personas que son un solo Dios, porque el Padre es amor, el Hijo es amor y el Espíritu es amor. Dios es todo amor y sólo amor, amor purísimo, infinito y eterno. No vive en una espléndida soledad, sino que más bien es fuente inagotable de vida que se entrega y comunica incesantemente” (Benedicto XVI, Solemnidad de la Santísima Trinidad, Domingo 7 de junio de 2009).

La Trinidad es un misterio de amor. El amor es un darse mutuamente para formar un nosotros. En la Trinidad, las Tres Personas se funden por el amor formando una sola naturaleza” (P. Jorge Loring, Compendio para Salvarte, Trinidad).

“«“Dios es amor”, por eso es trinitario; porque el amor reclama alteridad, necesita otra persona a quien amar. Por eso en Dios hay tres personas». Si, como dice San Juan, Dios es amor, no le puede faltar nada que le sea esencial. Es decir, necesita ALGUIEN a quien amar desde toda la eternidad. Esto ilumina el misterio de la Santísima Trinidad” (P. Jorge Loring, Compendio para Salvarte, Trinidad).

¡O Trinidad, eterna Trinidad! Fuego, abismo de amor…” (S. Catalina de Siena (ca. 1370)).

Dios es amor y nos ama a cada uno de nosotros

Dios es amor y nos ama personalmente. Dios es El Cercano, el Tierno, el Misericordioso, como enseña el Papa Francisco a continuación:

“La cercanía es una de las cosas más importantes de Dios. Son tres cosas importantes: cercanía, misericordia y ternura. No olvidar esto. ¿Quién es Dios? El Cercano, el Tierno, el Misericordioso. Esta es la realidad de Dios” (Papa Francisco, Audiencia general del 15 de febrero de 2023).

“El amor de Dios a Israel es comparado al amor de un padre a su hijo (cf. Os 11,1). Este amor es más fuerte que el amor de una madre a sus hijos (cf. Is 49,14-15)” (cf. CIC, n. 219).

Dios ama a cada uno de nosotros «como un padre y como una madre»: (…) Dios no se olvida de nosotros, nunca, no puede, es fiel a su alianza». (…) «esto nos da seguridad» tanto que «de nosotros podemos decir “pero, mi vida es muy fea, estoy en esta dificultad, soy un pecador, una pecadora”». Pero «Él no se olvida de ti, porque tiene este amor visceral y es padre y madre (…) «Y después esta fidelidad de Dios nos lleva a la alegría» (…) Él es fiel, Él me conoce, Él me ama, nunca me dejará solo, me lleva de la mano; ¿qué puedo querer? ¿Qué más? ¿Qué debo hacer? Exulta en esperanza, exulta en la esperanza, porque el Señor te ama como padre y como madre” (Papa Francisco, en la capilla de la Domus Sanctae Marthae del 22 de marzo de 2018).

Dios nos ama y nos espera siempre con los brazos abiertos, como el Padre de la parábola del hijo pródigo (cf. Lc 15,11-32):

Éste es el estilo de Dios: no es impaciente como nosotros, que frecuentemente queremos todo y enseguida, también con las personas. Dios es paciente con nosotros porque nos ama, y quien ama comprende, espera, da confianza, no abandona, no corta los puentes, sabe perdonar. Recordémoslo en nuestra vida de cristianos: Dios nos espera siempre, aun cuando nos hayamos alejado. Él no está nunca lejos, y si volvemos a Él, está preparado para abrazarnos” (Papa Francisco, Basílica de San Juan de Letrán, 7 de abril de 2013).

Dios nos ama como Padre y siempre está a nuestro lado.

“Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. —Vivimos como si el Señor estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que también está siempre a nuestro lado. Y está como un Padre amoroso —a cada uno de nosotros nos quiere más que todas las madres del mundo pueden querer a sus hijos—, ayudándonos, inspirándonos, bendiciendo… y perdonando. (…) Preciso es que nos empapemos, que nos saturemos de que Padre y muy Padre nuestro es el Señor que está junto a nosotros y en los cielos” (S. Josemaría Escrivá, Camino, n. 267).

En la siguiente frase el Papa Francisco nos invita a descubrir el amor de nuestro Dios Padre, mediante la oración, hecha desde el corazón, ¡porque Dios nos ama tanto!

“La oración se hace desde el corazón, desde dentro. Tú, en cambio —dice Jesús— cuando reces, dirígete a Dios como un hijo a su padre, que sabe lo que necesita antes de pedírselo (Mateo 6, 8). Podría ser también una oración silenciosa, el «Padre nuestro»: en el fondo basta con ponerse bajo la mirada de Dios, acordarse de su amor de Padre y esto es suficiente para ser realizable. Es hermoso pensar que nuestro Dios no necesita sacrificios para conquistar su favor. No necesita nada, nuestro Dios: en la oración pide solo que nosotros tengamos abierto un canal de comunicación con Él para descubrirnos siempre como hijos suyos amados. Y Él nos ama tanto” (Papa Francisco, Audiencia general, 2 de enero de 2019).

Dios nos ama y está siempre con nosotros, Él no es un tirano indiferente a nuestros miedos o a nuestras cargas, sino un Padre cercano compasivo y tierno, como nos enseña el siguiente texto:

Dios “No es un tirano que se encierra en el cielo, esa es una fea imagen de Dios, sino un Padre que sigue nuestros pasos. No es un frío observador indiferente e imperturbable, un Dios “matemático”. Es el Dios con nosotros, que se apasiona con nuestra vida y se identifica hasta llorar nuestras mismas lágrimas. No es un dios neutral e indiferente, sino el Espíritu amante del hombre, que nos defiende, nos aconseja, toma partido a nuestro favor, se involucra y se compromete con nuestro dolor. Siempre está presente allí. Esta es «la buena noticia» (v. 18) que Jesús proclama ante la mirada sorprendida de todos: Dios es cercano y quiere cuidar de mí, de ti, de todos. Y este es el modo de tratar de Dios: la cercanía. Él se define a sí mismo de esta manera; dice al pueblo, en Deuteronomio: «¿Cuál es la gran nación que tenga dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, cuando lo invocamos?» (cf. Dt 4,7). Él es un Dios cercano, compasivo y tierno, quiere aliviarte de las cargas que te aplastan, quiere caldear el frío de tus inviernos, quiere iluminar tus días oscuros, quiere sostener tus pasos inciertos. Y lo hace con su Palabra, con la que te habla para volver a encender la esperanza en medio de las cenizas de tus miedos, para hacer que vuelvas a encontrar la alegría en los laberintos de tus tristezas, para llenar de esperanza la amargura de tus soledades. Él te hace caminar, no dentro de un laberinto, más bien por el camino, para encontrarlo cada día” (Papa Francisco, Domingo de la Palabra de Dios (23 de enero de 2022)).

Dios es amor y nos ama hasta el máximo

“Dios ama a su pueblo más que un esposo a su amada (Is 62,4-5); este amor vencerá incluso las peores infidelidades (cf. Ez 16; Os 11)” (CIC, n. 219). Dios nos ama como un enamorado: ¡hasta el máximo!

Dios no razona con cálculos y tablas; Él nos ama como un enamorado: ¡no hasta el mínimo, sino hasta el máximo! No nos dice: “Te amo hasta cierto punto”” (Papa Francisco, Ángelus, 12 de febrero de 2023 | Francisco).

Estas bellas palabras del más santo entre los sabios y el más sabio entre los santos, revelan el inmenso amor que Dios nos tiene:

“Tan espléndida es la gracia de Dios y su amor a nosotros, que hizo Él más por nosotros de lo que podemos comprender” (S. Tomás de Aquino, Expositio in Credum 61).

Dios es amor y Jesús nos lo reveló

Jesús revela plenamente el amor de Dios: El amor de Dios “llegará hasta el don más precioso: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único” (Jn 3,16)” (CIC, n. 219).

“¡Dios es amor!. Se ha revelado a Sí mismo de modo definitivo como Amor en la cruz y resurrección de Cristo” (San Juan Pablo II, Audiencia general, 2 de octubre de 1985).

“En Jesús crucificado se realiza la máxima revelación posible de Dios en este mundo, porque Dios es amor, y la muerte de Jesús en la cruz es el acto de amor más grande de toda la historia” (Benedicto XVI, 25 de noviembre de 2007, Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo).

Dios es amor y ama todo cuanto existe

“Dios no tiene otra razón para crear que su amor y su bondad” (CIC, n. 293).

¿Dios lo ama o no lo ama todo? Santo tomas de Aquino responde:

“está lo que se dice en Sab 11,24: Amas todo lo que existe, y nunca has odiado lo que creaste.
Respondo: Dios ama todo lo existente. Pues todo lo existente, por existir, es bueno; ya que el mismo ser de cualquier cosa es bueno, como también lo es cualquiera de sus perfecciones. Ya se demostró anteriormente (q.19 a.4) que la voluntad de Dios es causa de todo. Así, es necesario que algo tenga ser o algún bien en tanto en cuanto es querido por Dios. Por lo tanto, Dios quiere algún bien para cada ser existente. Por eso, como amar no es más que desear el bien a alguien, resulta evidente que Dios ama todo lo existente” (Santo Tomás de Aquino, S. Th., 1, q. 20, a. 2).

La creación transparenta el inmenso amor de Dios.

“El Antiguo Testamento prepara a la revelación definitiva de Dios como Amor con abundancia de textos inspirados. En uno de ellos leemos: “Tienes piedad de todos, porque todo lo puedes… Pues amas todo cuanto existe y nada aborreces de lo que has hecho; pues si hubieses odiado alguna cosa, no la habrías formado. ¿Y cómo podría subsistir nada si Tú no quisieras? Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor amigo de la vida” (Sab 11, 23-26). ¿Acaso no puede decirse que en estas palabras del libro de la Sabiduría, a través del “Ser” creador de Dios, se transparenta ya con toda claridad Dios-Amor (Amor-Caritas)?” (San Juan Pablo II, Dios es amor, 2 de octubre de 1985).

Reflexionemos un momento esta profunda respuesta de Santo Tomás de Aquino, a la cuestión de si Dios ama todas las cosas por igual (los miembros de su Unigénito son los bautizados —a través del sacramento del Bautismo nos convertimos en hijos adoptivos de Dios en su Hijo unigénito—, y el Unigénito es el Hijo Único de Dios: Jesucristo):

“dice San Agustín que “Dios ama todos los seres que hizo, y de ellos ama más a las criaturas racionales, y entre ellas, más a las que son miembros de su Unigénito, y mucho más al Unigénito mismo”. Respuesta. Como amar es querer el bien para alguien, que una cosa se ame más o menos puede suceder de dos maneras. Una, por parte del acto de la voluntad, que puede ser más o menos intenso, y de este modo Dios no ama más unas cosas que otras, porque lo ama todo con un solo y simple acto de voluntad, que no varia jamás. Otra, por parte del bien que se quiere para lo amado, y en este sentido amamos más a aquel para quien queremos mayor bien, aunque la intensidad del querer sea la misma. Así, pues, es necesario decir que de este modo Dios ama unas cosas más que otras, porque, como su amor es causa de la bondad de los seres (a.2), no habría unos mejores que otros si Dios no hubiese querido bienes mayores para los primeros que para los segundos” (Santo Tomás de Aquino, S. Th., 1, q. 20, a. 3).

Esperamos te hayan gustado estas hermosas y profundas frases de Dios es Amor, con el favor de Dios, continuaremos agregando más en el futuro.

Autor (con la gracia de Dios): Fernando H. Lee